Durante todo este fin de semana largo, las temperaturas en la comarca han ido en paulatino descenso. Aunque las tardes se presentaron templadas, cuando el sol se escondía y el viento soplaba con cierta intensidad, el frío comenzó a hacer sentirse y claro está el paisaje también comienza a cambiar. Ya se pueden ver distintas gamas de amarillos que surcan en forma de remolinos nuestras calles y veredas. El agua del río parece mas fría aunque el sol le pegue con sus rayos y lo haga brillar. Y así el otoño avanza para pronto darle paso al invierno.
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