La historia de Río Colorado está inevitablemente ligada a la producción.
A la ganadería, la fruticultura, la horticultura
y también la producción de vinos, forman
parte de la larga lista de las cosas que este pueblo es capaz de elaborar. La
vitivinicultura hunde sus raíces a principios del siglo pasado con más de una decena de emprendimientos
bodegueros, pero que, como todo, el
cambio de las economías y las crisis
hicieron que la actividad de forma comercial desaparezca.

Las características de Gualicho Vino Artesanal son: Vinos
jóvenes aromáticos pero sin perder el buen cuerpo de un vino añejado. Esto es
algo que lo diferencia a Gualicho de cualquier otro vino joven.
Un vino de cepa Barbera con aromas frutados con preponderancia de ciruelas rojas y con el alcohol justo para maridar con su sabor dulce.
Un vino de cepa Barbera con aromas frutados con preponderancia de ciruelas rojas y con el alcohol justo para maridar con su sabor dulce.
Su nombre y etiqueta
hacen referencia a una leyenda local. Un
árbol de “Gualicho” , que en realidad era un antiquísimo y gigantesco
algarrobo que se encontraba en un paso
obligado, cercano al río y donde los indios de la zona ofrendaban
hebras de sus ponchos y matras, que quedaban prendidas como extrañas flores en
las ramas del árbol. También le ofrecían gotas de aguardiente volcadas en la
tierra y briznas de tabaco, todo esto,
lo hacían con la intención de propiciarse la voluntad de la deidad y para poder realizar un buen viaje.
Identificado claramente con la vida en el norte patagónico,
que requiere carácter y fortaleza, pero sin perder su lado afable y cálido, es
que se presenta este vino local.
Si
te gustan los buenos vinos y andás por Río Colorado no te olvides de llevarte
una botella, seguramente no te defraudará. Lo podés conseguir en los puestos situados a la vera de la Ruta N° 22.
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